La reflexión de hoy es una de esas cosas que todo el mundo sabe.
Es de perogrullo.
Lo sabe hasta el Fumi de Morata (el personaje de José Mota).
Lo es cuando realizamos un proceso consciente de análisis, pero ¿es algo que realmente esté interiorizado en nuestro inconsciente y se maneje de manera automática cuando pensamos en la creación de productos digitales?
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Esa reflexión es: si eres capaz de construir una app que sustituya un producto tangible, físico y demandado, ya has ganado.
No necesitas mejorarlo. No necesitas añadir una funcionalidad extra. No busques los fuegos artificiales.
“Si no te digo que me lo mejores. Iguálamelo”, que diría el Fumi.

El porqué de esto se podría reducir a tres grandes premisas: distribución, inmediatez y capacidad iterativa.
- El sistema de distribución del producto app, a diferencia del canal físico, ya está construido. En unos minutos tu aplicación llegará a cualquier lugar del mundo. A un coste mínimo. En el mundo físico eso puede ser irrealizable o directamente llevar años y millones en inversiones logísticas.
- Para tu app el lapso entre la toma de decisión del usuario o cliente de adquisición del producto y la posibilidad de que efectivamente lo esté probando es mínimo y todo proceso se realizará sin moverse del sofá. Ni siquiera Amazon puede competir con esa inmediatez en el canal físico.
- Tu app móvil tiene la capacidad de modificarse para adaptarse a las demandas del cliente y escalar en cuestión de días y volver a estar en las manos de ese cliente para obtener nuevo feedback, con independencia de que ese cliente esté en España o en Nueva Zelanda.
Desde un punto de vista competitivo, una app que replique la propuesta de valor de un producto físico tiene toda la ventaja del mundo. Pregúntate: ¿hace cuando que no coges un mapa de papel?
En mi opinión es ahí a donde deberíamos apuntar cuando creamos nuevos productos y a donde deberían ir las aplicaciones que usen tecnologías como la AR. No hacia el efecto “wow”, no hacemos productos para impresionar; buscamos que sean útiles, competitivos y rentables.
Cuando te veas buscando una nueva idea para tu app, acuérdate del Fumi de Morata.